miércoles, 27 de noviembre de 2013

Tema 3: Diferencia entre lengua oral y escrita

Mientras la lengua oral es la primera manifestación del lenguaje humano, la lengua escrita tardó mucho más tiempo en aparecer. La escritura, como la conocemos en la actualidad, tiene su base en el alfabeto que inventaron los fenicios, creado alrededor del año 1200 a.C., cuya principal aportación radica en haber asignado a cada sonido una letra, por lo que con un número bastante reducido de signos (aproximadamente 30, aunque la cantidad varía dependiendo de la lengua) se pueden escribir todas las palabras que comprende un idioma.
Tiempo después aparecieron los alfabetos griego y latino, de los cuales deriva el español. El griego, basado en el fenicio, introdujo las vocales; el latino, basado en el griego, se difundió por el Mediterráneo y, posteriormente, por todo el Occidente, siendo hoy el de uso más extendido en el mundo.
 A diferencia de la forma de adquisición de la lengua oral, que se desarrolla en todos los hablantes tan solo por convivir con una determinada comunidad lingüística, la lengua escrita se adquiere a través de una instrucción especial: necesitamos, antes que nada, aprender los signos gráficos que la componen para después, por medio de un canal visual que generalmente es el papel, expresar lo que deseamos comunicarnos.
Desde la aparición, la lengua escrita supuso una serie de ventajas que la lengua oral no podía cubrir, tales como la perdurabilidad del mensaje a transmitir y la planificación en la construcción del mismo. Por ello, su desarrollo ha implicado la generación de reglas específicas que, si bien son esenciales al momento de escribir, obviamos al momento de hablar. Por ejemplo, cuando usamos la lengua oral existen una serie de herramientas alternas que nos ayudan a comunicar al contexto del mensaje que queremos transmitir, tales como el lenguaje proxémico o el kinésico, sin necesidad de expresarlo con palabras. Sin embargo, en la lengua escrita no podemos apoyarnos en dichos lenguajes, por lo que para transmitir emociones, confianza, certidumbre, etc., debemos valernos, únicamente, de nuestro instrumento principal: la palabra.
Tanto la oralidad como la escritura presentan diversas características, que son las siguientes:
Lengua Oral
Lengua Escrita
Se manifiesta por medio de sonidos articulados fonéticamente.
Se manifiesta por medio de signos gráficos.
Se transmite a través de un canal auditivo.
Se transmite a través de un canal visual.
Tiene un número limitado de receptores.
Tiene un número ilimitado de receptores.
Está sujeta a modificaciones e interrupciones.
No permite modificaciones inmediatas.
La interacción entre emisor y receptor es directa.
La interacción entre emisor y receptor es indirecta.
La transmisión del mensaje es inmediata.
La transmisión del mensaje no es inmediata.
El mensaje se refuerza con recursos adicionales (lenguajes no verbales).
La construcción del mensaje no admite el uso de lenguajes no verbales.
Su planeación y organización suelen ser simultáneas con su producción.
Requiere de planeación previa y organización rigurosa.
No demanda una organización gramatical esmerada.
Demanda una organización gramatical esmerada.
Es más espontánea y descuidada.
Es más refinada y estructurada.
Siempre está enmarcada en un contexto situacional.
Carece de un contexto situacional, mismo que se debe crear lingüísticamente.
No nos permite reflexionar y autoanalizar a profundidad nuestro pensamiento antes de expresarlo.
Nos permite reflexionar y autoanalizar a profundidad nuestro pensamiento antes de expresarlo.

Como podrás observar, cada una de estas manifestaciones se rige por reglas propias. Y es por ello que debemos dominar tanto la expresión oral como la escrita.
Así, para hablar correctamente hay que tener en cuenta lo siguiente:      
  • Vocalizar bien, no “comerse” letras al momento de pronunciar las palabras, ni hablar con exagerada rapidez.
  • Evitar muletillas que entorpecen y quitan funcionalidad al discurso, por ejemplo: “este”
  •   Evitar el uso de palabras comodines, tales como “cosa” o “hacer”. Ejemplo: decir “hacer la comida” en lugar de cocinar.
  •  No abusar de las gesticulaciones, ya que distraen la atención del receptor.
  • Cuidar el tono de voy, para que no sea ni muy alto ni muy bajo.

Para escribir con propiedad debemos considerar los siguientes aspectos:
  •          Cuidar la ortografía.
  •        Leer lo que se ha escrito antes de entregarlo
  •        Consultar el diccionario.
  •        Adquirir el hábito de leer.


*Es importante cuidar la ortografía para que se entienda bien lo que quieres expresar.

A continuación encontraras videos sobre:
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Fuente: libro: 
Lectura, expresión oral y escrita de María
 José Esteva Esteva y Fátima López Carrasco.
Por: Natalia Franco Ruiz



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